Mauricio Elias analiza en primera persona la animación virtual y sus desafíos.
Nos tienta buscar responsables en esta cuarentena que nos atraviesa. Culpables, dirán las personas más irritadas. El reverso de este impulso es salir de pie. Y superar al coronavirus, pasándolo de la mejor manera, sólo depende de nosotros.
La imaginación y la sorpresa continúan siendo nuestros enfoques principales. El desafío de las intervenciones presenciales se mantiene en lo virtual: apostar a la potencia de lo inesperado. Que ingreses a la plataforma y viajes por lugares impensados de diversión, es una de nuestras especialidades que trasciende al formato del encuentro.
El lado más difícil de reinventarse no es la creatividad, sino asumir que los conocimientos y la experiencia adquirida en la “vieja normalidad” valen menos que hace cinco meses. Pero decidimos transitar el nuevo contexto. Con la naturalidad que nos caracterizaba en un salón, y el profesionalismo trasladado a nuestro soporte técnico, celebramos por Zoom las fechas trascendentales para nuestros clientes.
A eso apuntamos. Pensando festejos y momentos de risas dentro de la pandemia. A su incertidumbre y la de las consecuencias que traerá, le duplicamos la apuesta. A lo impredecible, impredecible y medio.